Cómo trabaja el nuevo modo agente de ChatGPT - Adriana Páez Pino
Cómo trabaja el nuevo modo agente de ChatGPT - Adriana Páez Pino

La semana pasada publiqué un blog donde te contaba en qué consiste el nuevo modo agente de ChatGPT , y por qué marca un antes y un después en nuestra relación con la inteligencia artificial.
Hoy quiero llevar esa reflexión un paso más allá.
En esta nueva entrega de mi serie Descubriendo la IA en el trabajo, comparto mi experiencia real probando el modo agente, desde tareas cotidianas hasta flujos más estratégicos. Y lo hago desde un lugar particular: no estoy empezando de cero.
Durante meses he trabajado con herramientas como n8n y Lovable , automatizando acciones como la lectura de correos, el envío de resúmenes diarios o la organización de mi agenda. Por eso, cuando se activó esta nueva funcionalidad en ChatGPT, mi interés no fue solo exploratorio, sino comparativo y práctico.
Quería entender hasta dónde puede llegar este nuevo asistente que actúa, qué tan útil puede ser para quienes aún no se animan a automatizar, y si realmente cambia la forma en que trabajamos.
Porque lo potente del modo agente no es solo lo que hace… sino lo fácil que lo pone al alcance. Ya no se trata de saber programar ni de configurar flujos complejos: basta con formular bien una necesidad y dejar que la IA actúe.
En este blog, quiero mostrarte cómo cambia el trabajo cuando dejas que la inteligencia artificial no solo piense contigo, sino que también colabore en la acción.
¿Dónde está el modo agente?
Si tienes un plan Plus, Pro o Team, verás el ícono de Herramientas justo debajo del campo donde escribes tus mensajes.
Al hacer clic, se despliega un menú como este:

Ahí aparece la opción Modo Agent con la etiqueta “Nuevo”. Al seleccionarlo, estás habilitando esta nueva capacidad dentro de ChatGPT.
¿Qué cambia cuando lo activas?
Una vez activo, cambia el entorno. Ahora te recibe con la frase:
“¿En qué puedo ayudarte?”
Y debajo, una caja de entrada que te invita a describir una tarea, acompañada por botones como Fuentes, Informes, Acciones, Presentaciones…

Lo interesante es que el agente ya no espera que le pidas algo. Te sugiere tareas desde el inicio: leer tus conversaciones, hacer compras, generar reportes. Eso da una pista de lo que puede hacer… y de que este modo está diseñado para actuar, no solo para responder.
Límite de interacciones: un dato clave
Algo que no siempre se nota al inicio es que el uso del modo agente no es ilimitado.
Desde el momento en que se activa en tu cuenta, aparece un contador que te muestra cuántas acciones te quedan disponibles dentro de tu ciclo de uso. No se trata de cada mensaje, sino de acciones reales que el agente ejecuta por ti: leer correos, generar presentaciones, consultar fuentes externas, entre otras.
En mi caso, el sistema indica que el contador se renovará el 27 de agosto, justo un mes después de haber comenzado a usar esta función.
Esto no lo hace menos potente. Al contrario: invita a ser más intencional en lo que se delega. No se trata de “usar todo lo nuevo por impulso”, sino de descubrir qué tareas realmente ganan valor cuando las ejecuta la IA.

Elegir una tarea con intención
Una de las tentaciones al usar nuevas funciones de inteligencia artificial es probarlas sin una necesidad clara. Pedirle “algo” al agente solo para ver “qué hace”. Y aunque la curiosidad es parte del proceso, delegar tareas reales requiere más que probar: requiere intención.
Yo ya tenía claridad sobre qué tareas podían ser delegables, porque vengo automatizando parte de mi trabajo con herramientas como n8n. Eso me permitió seleccionar tareas que ya conozco bien, y que podía evaluar con criterio.
Pero si estás empezando, una buena forma de elegir por dónde comenzar es preguntarte:
¿Por dónde empezar a delegar?
Una buena forma de comenzar no es preguntarse qué puede hacer el agente… sino qué tareas te están quitando tiempo, energía o claridad. No se trata de usar esta función por moda, sino de encontrar procesos reales donde la inteligencia artificial pueda aportar valor: ya sea ahorrando tiempo, estructurando información o ayudándote a tomar decisiones con más base.
En mi caso, seleccioné cuatro tareas muy distintas, desde lo operativo hasta lo estratégico. En este blog comparto una de ellas en detalle: la creación de una presentación profesional. Las demás incluyendo el análisis de correos, el estudio de mercado y la búsqueda de noticias especializadas.
Crear una presentación: del pedido al resultado
¿Qué quería lograr?
Quise probar si el modo agente podía encargarse de algo que hago con frecuencia: estructurar una presentación profesional para una charla. Mi intención era clara: generar una propuesta sólida, con datos, enfoque estratégico y sensibilidad de género, que pudiera servirme como borrador inicial para una intervención sobre el futuro del trabajo con agentes de inteligencia artificial.
¿Qué le pedí al agente?
Le planteé una tarea con propósito: diseñar una presentación profesional que abordara las nuevas dinámicas laborales impulsadas por la IA, integrando información regional, tendencias emergentes, ética y participación de las mujeres en este ecosistema. Formulé un pedido claro, contextualizado y alineado con mi experiencia como divulgadora de IA y fundadora de IAvanza Mujeres.
¿Qué hizo el agente?
El agente trabajó de forma autónoma durante 18 minutos.
En ese tiempo:
- Realizó 7 búsquedas activas
- Consultó y procesó información de 60 fuentes
- Extrajo estadísticas, organizó el contenido y generó el archivo PowerPoint completo

Entre las fuentes, aparecieron sitios como Brookings, ILIA e informes especializados en empleo, género y transformación digital. Incluso mostró fragmentos del proceso, indicando que construiría una narrativa basada en datos y citaría correctamente la información.

¿Qué valor encontré en el resultado?
Propuso un título coherente sin que lo solicitara, alineado con el enfoque de la charla.
- Organizó el contenido en ocho secciones temáticas con una lógica clara.
- Incorporó fuentes confiables al pie de cada diapositiva, un detalle que no pedí, pero que elevó la calidad del resultado.
- Usó un lenguaje que reflejaba el tono solicitado: reflexivo, estratégico y directo.
Más que una simple recopilación de ideas, fue una propuesta bien estructurada, útil como borrador inicial y adaptable a mi estilo profesional.

Normalmente, cuando diseño presentaciones para mis charlas, parto de contenido que ya manejo, y lo estructuro según el enfoque del evento o del público.
En este caso, el modo agente me ofreció una base bien pensada, con estructura, referencias y claridad, sin necesidad de construir todo desde cero.
¿Lo volvería a usar?
Sí.Especialmente en momentos donde necesito empezar con una base confiable, desbloquear ideas o acelerar la creación de contenido profesional. El modo agente no sustituye mi experiencia, pero piensa conmigo, actúa con intención, y me ayuda a concentrarme en el mensaje.
¿Y qué implica esto para el trabajo?
Probar el modo agente me dejó una certeza: ya no basta con saber usar herramientas de IA. Ahora también hay que aprender a trabajar con ellas.
El agente no improvisa. Investiga, estructura, decide y entrega. Y si le damos contexto, propósito y un pedido bien formulado,
actúa como un colaborador que piensa con nosotros.
Pero este cambio también nos exige algo más profundo: Saber qué delegar y por qué. Tener claridad sobre lo que nos aporta valor… y sobre lo que no deberíamos soltar tan fácilmente.
Por eso no se trata solo de “usar lo nuevo”, sino de
entender lo que cambia cuando la IA también actúa
Una línea que sigo construyendo
Desde que comencé a explorar ChatGPT y compartir mis primeros prompts, he mantenido una intención clara: abrir caminos para que más personas puedan dar sus primeros pasos con inteligencia artificial, sin miedo ni tecnicismos.
Esta nueva función del modo agente es solo otro capítulo en ese recorrido. Como entonces, vuelvo a compartir lo que aprendo para que cada quien pueda adaptarlo a su realidad, a su forma de trabajar, a su manera de pensar.
¿Y ahora, qué sigue?
Lo que viene no es una avalancha de tareas delegadas a la IA. Lo que viene es un liderazgo más consciente, donde saber qué delegar y cómo hacerlo es tan importante como el resultado mismo.
Por eso mi invitación hoy es sencilla:
- Si ya usas IA, reflexiona: ¿la estás usando para hacer más… o para trabajar mejor?
- Y si apenas estás empezando, pregúntate: ¿qué tarea de esta semana podrías soltar, si supieras formularla con claridad?
El modo agente es una herramienta nueva. Pero la decisión sigue siendo humana.
Y ahí es donde está nuestra oportunidad.
¿Tú ya lo probaste? ¿Qué tarea delegarías primero? Te leo en los comentarios.
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