Septiembre: Propósito, Disciplina y Nuevos Comienzos - Adriana Páez Pino
Septiembre: Propósito, Disciplina y Nuevos Comienzos - Adriana Páez Pino

Este blog hace parte de mi serie Descubriendo la IA en el trabajo. Hoy llevo la reflexión un paso más allá: la IA transforma cómo trabajamos, pero también necesitamos hablar de lo que ocurre cuando el trabajo cambia de ritmo y hay que redefinir propósito. No todo es IA; también es la vida que continúa cuando dejamos atrás la rutina extrema. Ahí, la disciplina, la curiosidad y el sentido de dirección siguen siendo igual de importantes.
Septiembre será un mes distinto para mí. Viajaré para cumplir un propósito personal que venía soñando. No lo comparto como itinerario ni como “meta cumplida”, sino como una pausa consciente: una oportunidad para pensar cómo seguir cuando la vida cambia de ritmo.
La identidad más allá del trabajo
Cuando llegamos a la etapa de la pensión, muchos suponen que la vida se resume en “dedicarse a viajar” o “dejar de trabajar”. Pero ¿qué pasa cuando descubres que no se trata solo de tener más tiempo, sino de encontrar qué hacer con ese tiempo?
En nuestra sociedad, el trabajo ha ocupado casi todo el espacio de identidad. Nos presentamos con cargos, medimos nuestra valía en entregas, justificamos el día por lo que logramos producir. Entonces, cuando llega el momento de bajar el ritmo, la pregunta aparece con fuerza: ¿quién soy yo sin la rutina extrema del trabajo?
Aquí surge una paradoja: por un lado, el alivio de liberarse de la presión; por el otro, el vértigo de un vacío que no siempre sabemos llenar. Entenderlo es fundamental para que el retiro no se viva como pérdida, sino como apertura.
Prepararse para la etapa que viene
No siempre estamos listos. Muchos llegan al retiro sin haber explorado qué les apasiona más allá del empleo, y ese vacío se siente. Por eso creo que la preparación no empieza cuando recibes la carta de pensión, sino mucho antes: cuando te preguntas qué disfrutas, qué te inspira, qué podrías seguir dando a otros desde tu experiencia.
En mi caso, lo descubrí de manera natural:
- Aprender: sigo explorando el mundo de la inteligencia artificial no solo como herramienta, sino como un campo de conocimiento que transforma cómo trabajamos y vivimos.
- Enseñar y compartir: escribir, dar conferencias, acompañar a mujeres y profesionales en procesos de cambio. Ese es mi aporte en esta etapa de vida.
- Cuidar lo personal: dedicar tiempo a lo que me da bienestar: jugar tenis, entrenar, cuidar mi salud. El cuerpo también merece disciplina, porque es el vehículo de cualquier propósito.
El retiro no es un final: es un punto de inflexión. La vida no se acaba cuando se acaba el trabajo formal; lo que cambia es el escenario. Lo que permanece es la necesidad de propósito, de disciplina y de dirección.
El equilibrio entre lo personal y lo profesional
Viajar en septiembre es un regalo, sí, pero también implica organización. No dejo de ser yo. Por eso, mientras recorro nuevos lugares con mi pareja y mis amigos, cada lunes seguirá llegando mi blog. No porque tenga que hacerlo, sino porque quiero honrar un compromiso: conmigo misma y con quienes me leen.
Dejar listo lo que comparto es parte de ese esfuerzo invisible que casi nunca se ve, pero que sostiene la constancia. La inteligencia artificial me ayuda a programar y organizar, pero la base es humana: la disciplina de seguir presente, incluso en movimiento.
Aquí está el contraste interesante: el viaje como símbolo de libertad, y la escritura como símbolo de continuidad. Ambas cosas coexisten porque no se trata de elegir entre vivir o producir, sino de encontrar una nueva manera de integrar.
Redefinir el propósito
El retiro no es dejar de ser productiva, es cambiar el sentido de la productividad. No se trata de horarios extremos ni de medir cada logro, sino de darle un nuevo valor al tiempo.
Preguntas que me acompañan y que dejo aquí para ti:
- ¿Qué queda de ti cuando ya no defines tus días por reuniones y entregas?
- ¿Qué propósito quieres cultivar cuando tengas más espacio para elegir?
- ¿Qué pasiones dejaste en pausa y ahora podrías retomar?
Para mí, la respuesta ha sido clara: aprender, enseñar y compartir, mientras vivo con más intención lo que me da alegría, como el tenis y los viajes con quienes quiero. Esa combinación le da sentido a mi presente.
El retiro no significa terminar, sino reaprender a comenzar. No es perder identidad, es construir una nueva desde la experiencia y la libertad.
Y te dejo una pregunta para reflexionar:
Si mañana tuvieras más tiempo libre, ¿en qué lo enfocarías para darle verdadero sentido a tu vida?
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